En la Casa de las Américas, en Alicante, Fernando presentó su historia.
En Puerto Madryn, Fernando Sandoval está íntimamente ligado a la docencia a través de la educación física y a la formación deportiva -especialmente de fútbol- en niños y adolescentes, sin embargo, no muchos conocen su historia de vida, esa que lo marcó y lo sigue marcando aún hoy cuando decidió ser parte de una lucha que lleva más de 34 años y es conocer y buscar a quienes en el último proceso militar de la Argentina fueron despojados de su bien más preciado, su familia, sus padres y son los hijos de los desaparecidos.
Días atrás, Fernando Sandoval presentó, junto a la autora, en España el libro «Los hijos de los desaparecidos» material que reúne su historia de vida y la de otros hijos de desaparecidos durante la dictadura militar.
«La experiencia fue muy importante, muy impactante», cuenta Fernando ya nuevamente instalado en Puerto Madryn. Y no es para menos, su historia de vida servirá, como la de otros tantos hijos de desaparecidos, a conocer un poquito más sobre esos años oscuros que vivió el país en la década del ’70 y de los cuales aún hoy hay secuelas en la sociedad.
El libro «Los hijos de los desaparecidos» se presentó en la Universidad de Alicante (UA) y en la Casa de las Américas. La publicación reúne la historia vital de Fernando Sandoval y de otras cinco víctimas del gobierno de facto.
La historia de Fernando Sandoval es una de las 30.000 que dejó la última dictadura en Argentina. Sus palabras y vivencias, y la de otros como él se recogen en este libro que impulsó y coordinó la profesora del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Alicante, Irene Prüfer.
«Es un paso muy importante en lo personal poder dedicarme más a participar de distintas organizaciones con el objetivo de mantener la memoria viva, para que la gente conozca distintas aristas de un mismo momento y el haber estado en España fue más que importante para mí», comentó Fernando Sandoval a Jornada. En su experiencia personal, reconoce que «nunca superás que tus padres sean desaparecidos, aprendés a vivir con ello». Un momento crucial en su vida es la aparición de su medio hermano, nacido en cautiverio y así lo relató: «cuando las abuelas encuentran a mi hermano y comienza en 2009 el juicio contra su apropiador, decidí presentarme como testigo de la Fiscalía, porque creía que era algo que debía hacer, no sólo por la memoria de mi viejo sino por los 30.000 desaparecidos».
En el libro y a juicio de la autora, las desapariciones, las adopciones ilegales y los denominados niños apropiados tuvieron en Argentina un elemento común y hasta único: el ideológico, al margen del hecho de que muchas de las familias no podían tener descendencia. «Eran hijos de enemigos y quienes los adoptaban -principalmente militares-, los educaban en su filosofía», dijo Fernando Sandoval.
Cuando Fernando tenía tan sólo 6 años (dos días antes de su cumpleaños), cinco hombres entraron en la casa en la que vivía y se llevaron a su madre y una amiga que estaba con ellos. Esa sería la última vez que la vería. Su padre y sus tíos también fueron víctimas del proceso y tampoco volvió a verlos. A partir de ese día sus abuelos se encargaron de su educación y de la de su hermano, cuatro años menor que él. En el momento del secuestro sus padres estaban separados. El padre de Fernando tenía otra pareja, que también fue raptada cuando estaba embarazada de dos meses. Su medio hermano Alejandro nació en cautiverio y a los tres meses de edad fue robado por el gendarme Víctor Enrique Rei, al que llamó papá durante 28 años. Hoy se encuentra en prisión.